Hoy la vida me hizo un regalo, un guiño. Hoy hizo 23 años que mi viejo asumía como director organizador de la Escuela Técnica de Totoras. Corría el año 87 y el gordo tenía 33 años.
Hoy, esa escuela decidió hacerle un homenaje, con algo tan simple y tan importante como contarles a los 190 alumnos cómo es que se había originado ese proyecto. El silencio respetuoso de los pibes era increible, intenso. Como el de todo aquel que es respetado, convocado, escuchado.
Descubrí una placa con el nombre de mi viejo junto al abanderado. Un pibe humilde, como la mayoría de los que van a la Técnica, con la esperanza de conseguir un laburo cuando salgan, y la convicción de que laburar es el mejor camino para conseguir lo que uno quiere. Y después, nos invitaron a ver un video con una entrevista que le hicieron en el 2007, cuando se cumplieron los 20 de la escuela.
Hoy volví a escuchar su voz. Y lo vi sonreir. Ya estaba peladito y flaco, pero con esa mirada profunda, segura y cálida. Con esa palabra justa. Y sentí que me abrazaba.
3 comentarios:
que lindo sofi..:)
Me llamo la atención el nombre del blog y me metí. Profundas palabras leí que me hicieron sentir hasta a mi, el abrazo de tu papá. Menos mal que tenías los ojos abiertos!
Me llamo la atención el nombre del blog y me metí. Profundas palabras leí que me hicieron sentir hasta a mi, el abrazo de tu papá. Menos mal que tenías los ojos abiertos!
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